Ebrio.

Como cuando la "caña" no te deja dormir, y los pensamientos mucho menos. Cuando ese agotador zumbido no piensa en dejarte tranquilo, y las 3 horas de sueño no bastaron para reponerse de la noche, de la noche de escape. Esa noche de vodka, para olvidar, el único remedio infalible contra las penas. El único escape al corazón destruido. El único amigo que sabes que estará ahí para cuando lo necesites.
Noche de besos perdidos en el camino, de miradas frías y conversaciones triviales. Noche de odio. Amanecer con furia. Furia de estar solo, solo como una rata, olvidado en la oscuridad de mi cuarto, pasado a llevar, humillado y desterrado, abandonado, y por sobre todo, solo. Solo yo, mi computador y mi notebook. Únicos testigos de toda esta historia, historia que implora llegar a un fin. Historia de desiluciones, engaños, mentiras, alimentación de egos, ilusiones, esperanzas, y una vez más, desiluciones, engaños y mentiras.
Llorando por un amor correspondido, suplicando que las cosas mejoren, que esta enfermedad llegue a un fin, y cerrar los ojos. Poder dormir sin pensar en lo pasado. Llorar por última vez y olvidar, dejar esto y empezar de cero. Nacer, crecer e intentar hacer todo mejor esta vez. Que doloroso cargar con una vida de errores, una vida que no puede ver futuro, por culpa de un pasado que la ciega.
Ni siquiera puedo llorar, ya ni para eso hay fuerza. Sólo quiero un beso, un abrazo y un 'te amo'. Será mucho pedir?